¿Cuántas veces nos sentimos perdidos? Sin fuerzas, ni ganas y pedimos desesperadamente que pase algo, o alguien que nos ayude a salir de dónde estamos. A veces pasan situaciones que nos hacen pensar que “nada es para siempre” y que tenemos que aprovechar cada oportunidad, disfrutar y dejar la tristeza de lado. Aunque de tan perdidos que estamos, colgados de un avión, es difícil ver las cosas. Sólo tenemos que tomar aire, respirar, y una vez más volver a empezar, pero esta vez, desde otro lugar.